sábado, 11 de mayo de 2013

sobre los lugares recomendados para cada libro

Nuestra lectura hoy en día debe adaptarse a los momentos y lugares de los que disponemos, que no suelen ser muchos. De alguna manera siempre fue así, al menos que seamos mantenidos y servidos como abejas reinas, que no es la mayoría, porque cuando no se está estudiando, que es lectura forzada, tenemos que trabajar o hacer tareas que nos impiden entregarnos a la lectura. Esa es muchas veces la excusa para abandonar este placer. Por eso sugiero aprovechar ciertos momentos y espacios con este criterio:


Bares:

La lectura contracorriente, la concentración que se consigue en medio de la dispersión, del ruido, de muchos estímulos sensoriales. Puede ser interrumpida en cualquier momento, se mezcla con el ambiente. La lectura exclusiva: leer en los bares es sentarse a leer y nada más.

Transportes públicos:

La sensación de recuperar el tiempo muerto del viaje conocido, rutinario, transformándolo en un tiempo disfrutable, interesante.
Estar en otro lugar cuando nada nos interesa del lugar en el que estamos.
acompaña la lectura, actividad quieta, con la sensación de desplazamiento.

Vacaciones

Un tiempo en el que gana la pereza, las ganas de no hacer nada, la obligación del descanso,
el tiempo disponible sin horarios, el encuentro con el aburrimiento también , cuando se necesita algo para amortiguar el corte abrupto de una actividad y de la rutina, enfrentar el vacío.

Esperando en la cola

Trámites, pagos, cobros, bancos, sentados o parados, minutos preciosos y... ¡no se puede usar el celular!
lectura que nos lleva a otro lugar, puede ser una larga espera y un largo tramo de lectura. CConcentración total, no pasa demasiado alrededor,


Cama

Poblarse con la imágenes que nos acompañarán al mundo de los sueños,
desacelerador
interrumpible
no demasiado complejo para no dormirse tan pronto
no demasiado atrapante que nos desvele

Comiendo

Lo incorrecto, no se debe hacer, nos lo dicen de chicos
lecturas que no se pueden interrumpir y por eso no paramos de leer ni para comer
lo que necesita ser acompañado por  la ingesta de alimentos, una manzana, un alfajor o  directamente el almuerzo
lo que nos acompaña si comemos solos

Baño

Lecturas interrumpibles. Pueden ser retomadas facilmente en otra ocasión.
Relajante, sin compromisos, libre, ocasional
Puede ser algo útil: datos, información
o para probar algo nuevo o a lo que no le teníamos confianza previa (testeo)
Privado, lo  que no queremos que nos vean leyendo




5 comentarios:

  1. me gusto el de transporte publico, el problema del bondi es que si de noche tenes que intentar conseguir un asiento cerca de una de las pocas bombitas de luz . . .
    saludos

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  2. es cierto, pero hay colectivos que tienen más luz que otros, según las líneas...
    Los transportes ideales son el subte y el tren, para mí que me mareo, pero claro que a las horas pico, no hay cómo, aunque nunca falta uno de esos empecinados -me encantan-que leen igual, parados, con el libro en la nariz si es necesario

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  3. Yo leo mucho en el subte y el colectivo de parado. Lo difícil es mantener el equilibrio.

    Agregaría a la lista las lecturas haciendo colas, haciendo trámites, cuando sabés que tenés un mínimo de 20 minutos de espera insufrible en un banco o dependencia municipal. En sus usos se me hacen parecidas a las lecturas en el transporte público.

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  4. Se puede (yo lo hago) leer caminando por la calle. Es un modo de lectura extremo en el que hay que mantener la vista en dos lugares a la vez: en el libro, y ligeramente sobre el libro, en el piso. Implica confiar en que los demás te van a esquivar (es decir, hay que tener la suerte de no cruzarse con otro lector-viandante), y también detener la lectura en todas las esquinas. Para libros sencillos y atrapantes, y para trayectos conocidos y medio largos (como del trabajo a casa).

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