lunes, 29 de julio de 2013

Sobre "Cómo usar un cuchillo" de Fernanda García Lao


Había leído Muerta de hambre por recomendación de una amiga, es una novela de Lao. Muy buena pero tardé mucho en leerla, tal vez por no ser un buen momento de lectura mío, pero lo terminé y me sorprendió, es una escritura muy densa, rápida, lacerante, donde el personaje que lleva la voz cantante tiene una visión desquiciada y penosa sobre sí misma y el mundo. Eso es lo sorprendente, que no afloja esa visión, la sostiene sin quebrar nunca. Lao nació en Mendoza pero vivió desde chica en España porque sus padres estuvieron exiliados, allí estudió. Y acá siguió estudiando, pero teatro. De ese interés surgieron las obras dramáticas que escribió.
Esta vez se trata de un libro de cuentos donde los personajes femeninos y masculinos adquieren la voz del yo con naturalidad histriónica, y diferenciándose. Pero las situaciones a las que se encuentran sometidos por su propia decisión o por obra de la mala suerte siguen siendo igual de penosas y desesperantes que las de Muerta de hambre. Ella dice que le gusta alejarse del realismo, que prefiere inventar mundos exagerados y afectados antes que dar cuenta de la cotidianidad y simpleza de la vida, retratando momentos cualquiera o intrascendentes. No son estas sus palabras sino lo que recuerdo haberle oído decir en alguna entrevista filmada, pero es el concepto que claramente se ve en los cuentos. Claro que tampoco se trata de literatura fantástica, estos inventos parecen bastante posibles, bastante concebibles como parte de una conciencia humana que podría leer todo de esa manera, de hecho todos conocemos esos estados alterados, afectados, que funcionan como filtros poderosos y la realidad misma se distorsiona o se revela, quién sabe, en su expresión más negra a través de su cristal. Todo esto resulta en una especie de humor particular, ya que me he encontrado riendo a partir de estos asesinos o suicidas según la ocasión, que dicen cosas como : "Me he acostado con la desgracia pero no suelo comentarlo" y cosas por el estilo...

Para leer en transportes públicos o colas de banco.

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